Por Silvia Dangond
El abuso doméstico se ha convertido en un tema de debate público en Estados Unidos. Más recientemente por  los escándalos de la liga de fútbol americano (NFL, por sus siglas en inglés), que ha puesto luz sobre un asunto que muchos consideramos la “violencia semilla” para males mayores.
En América Latina venimos estudiando de cerca el tema y ya sabemos qué se puede y se debe hacer para prevenir el abuso oculto en muchos de nuestros hogares.
Un ejemplo exitoso es el de República Dominicana. Un país de un poco más de 10 millones de habitantes, donde se venían reportando alrededor de 194 femicidios por año. Algo que tenía a las autoridades, y al público en general, en alarma.
Al analizar la situación se dieron cuenta que el 80% de las mujeres asesinadas nunca habían denunciado casos de agresión o violencia contra ellas a ninguna de las instancias encargadas del tema. Algo que impedía romper el ciclo de la violencia y que al contrario. lo perpetuaba.
Este ciclo se inicia con agresiones verbales o físicas cuyo objetivo es debilitar y humillar a la víctima. El agresor logra aislarla de familiares y amigos. Si la víctima no pide ayuda o no denuncia estos primeros indicios de violencia, el ciclo continúa con actos sexuales violentos, golpizas y por último la muerte. En la medida que aumenta la violencia, también lo hace la gravedad de los ataques.
Violence against women2
Para romper este ciclo se necesita, entre otras cosas,  contar con instituciones confiables y eficaces a la hora de atender a las víctimas. Instituciones de fácil acceso que acompañen el proceso legal y judicial para impedir que el ciclo continúe.

Y eso fue lo que se hizo en República Dominicana. Según Roxana Reyes, Procuradora General Adjunta, “A través de la gestión de la mejora de la denuncia podemos facilitar el acceso de las mujeres víctimas al sector justicia penal y con esto reducir los niveles de impunidad”.
Junto al mejoramiento institucional se ampliaron los servicios de acompañamiento, y  se crearon unidades especializadas en el tema.
¿El resultado?
Mas de 60 mil denuncias de agresiones verbales y psicológicas  en todo el territorio. El tipo de denuncias demostraba la efectividad de la medida puesto que entre más temprano se reporte el inicio del ciclo, más rápida y efectiva las medidas para romperlo.
En 2013 se reportaron 74 feminicidios. Y según cálculos en 7 años los crímenes de  este tipo disminuyeron en un 70 por ciento.
Ahora lo sabes.
Con datos combatimos la violencia doméstica.
Silvia Dangond es Politóloga de la Universidad de los Andes (Bogotá, Colombia).  Periodista, Máster en Resolución de Conflictos y Comunicación de la Universidad de George Mason (Virginia, E.U). Actualmente es consultora en comunicaciones en el Banco Interamericano de Desarrollo
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Fuente: http://blogs.iadb.org/sinmiedos/2014/09/15/como-la-republica-dominicana-bajo-el-feminicidio-un-70-en-7-anos/

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  1. Sin lugar a dudas, el problema de la violencia doméstica, específicamente el tipo penal de los llamados femenicidios, viene siendo el reflejo que se reproduce de toda una cultura machista y de impunidad en la República Dominicana. Afortunadamente se esta creando consciencia en la población y se están desplegando programas de asistencia a las víctimas de violencia a los fines de tratar los traumas mientras se les brinda protección. Esto último, es un estímulo para aquellas víctimas que permanecen en silencio en sus respectivos hogares, pues una de las principales problemáticas es lo que algunos criminólogos conocen como la criminalidad oculta, y algunos incluso la llaman la “cifra negra”, que son todos aquellos actos delictivos que nunca llegan al conocimiento de las autoridades y permanecen en secreto por miedo de las represalias que pueda tomar el victimario con la víctima, pues son más los crímenes que se callan que aquellos que son denunciados. Es en esta dirección que se debe trabajar, en brindar mecanismos de protección y asistencia a estas víctimas a los fines de que sepan que en República Dominicana tenemos una política de tolerancia cero frente a la violencia doméstica. Es algo que siempre me pregunto con mis estudiantes universitarios de criminología: como puede ser posible que se dicte una orden de alejamiento y la misma se le envíe al victimario con la víctima de mensajera?
    Geovanny Vicente Romero. Académico.