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jueves, 26 de septiembre de 2013

El Estatuto de la Libertad. Geovanny Vicente Romero


Razones como la vida, la libertad, la justicia, la equidad y la paz en el planeta, tienen por fundamento el reconocimiento de la dignidad intrínseca de las personas en él, y de los derechos iguales, inherentes e irrenunciables de todos los miembros de la familia humana.

A la luz del Pacto internacional de los Derechos Civiles y Políticos, es: “El derecho a la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente“.

Resulta importante destacar que la libertad es el segundo bien mas preciado después de la vida, es un estado natural  a la condición humana. Sin embargo, como medio de obtener mayor seguridad ciudadana en la sociedad de hoy en día,  y sus retos ante la criminalidad emergente, el individuo cede una porción significativa de su libertad a los fines de proteger el bien mas preciado. El ser humano protege a carta cabal su derecho de libertad individual como un ser pensante y decidido.

Por todo lo anterior, es que sostenemos la libertad en toda causa de derecho debe ser la regla. El ser humano fue puesto en mundo de libre albedrío, cuya naturaleza es constituida por la prerrogativa de la libertad de decidir, hacer o no hacer y en la conservación de esta facultad ha luchado en los escenarios más peligrosos a los fines de mantener esta condición.

En cuanto a la seguridad, es una necesidad también natural; que se corresponde con su instinto de conservación. La libertad es, según el Doctor Juan Manuel Pellerano, una palabra que acumula diversos significados, una vez el concepto abarca una serie de atributos inherentes a la persona humana, por lo que frecuentemente se habla de libertada personal, de transito, de información, entre otras.

Al tenor de la Declaración Universal de los derechos humanos celebrada en el año 1948 por la asamblea general de la ONU, el término libertad se encuentra en ella establecido de la manera siguiente:


“Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

Concepto legal del Estatuto de la Libertad a la luz del Código Procesal Penal:

 “Toda persona tiene derecho a la libertad y la seguridad personal. Las medidas de coerción, restrictivos de la libertad personal o de otros derechos, tienen carácter excepcional y su aplicación debe ser proporcional al peligro que trata de resguardar. Toda persona que se encuentre privada de su libertad o amenazada de ello de manera arbitraria o irrazonable tiene derecho a recurrir ante cualquier juez o tribunal a fin de que este conozca y decida sobre la legalidad de tal privación o amenaza, en los términos que lo establece este código”. (art.15).

La declaración de los Derechos Humanos tiene como finalidad, la protección de los derechos del hombre, otorgándole la condición de inherentes a la persona, irrevocables, inalienables, intransmisibles e irrenunciables, a los fines de que estos derechos mantengan una efectiva vigencia en los pueblos que la han asumido y se fomente en un real ejercicio de igualdad.

Finalmente, de acuerdo con lo estipulado en el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos en su artículo número 9 con relación a la libertad,  es bueno destacar que:

“Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. Nadie podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento establecido en ésta”.


Geovanny Vicente Romero.
Abogado criminologo
@geovannyvicentr

La Garantia Economica y sus debilidades. Geovanny Vicente Romero.


El presente ensayo  está diseñado para ampliar de manera clara la panorámica que tenemos del tema relativo a la garantía económica como una Medida de Coerción.

Según el Código Procesal Penal de la República Dominicana, las medidas cautelares o de Coerción son todas de carácter excepcional y dentro de esta excepcionalidad, la Prisión Preventiva es la más extrema. Ellas pueden ser personales y peales. Como su nombre lo dice son personales cuando constriñen o coarten a la persona física y reales cuando
afecta el patrimonio.

Están contenidas en el artículo 226 de dicho Código y ordenadas de la siguiente manera: 1. La presentación de una Garantía Económica suficiente, 2. La prohibición de salir sin Autorización del país, de la localidad en la cual se reside o del ámbito territorial que fije el Juez, 3. La obligación de someterse al cuidado o vigilancia de una persona o institución determinada, que informa regularmente al Juez, 4. La obligación de presentarse periódicamente ante el Juez o ante la autoridad que el designa, 5. La colocación de Localizadores Electrónicos, sin que pueda mediar violencia o lesión a la dignidad o integridad física del imputado, 6. El Arresto Domiciliario, en su propio domicilio o en custodia de otra persona, sin vigilancia alguna o con la que el juez disponga, 7. La Prisión Preventiva.

En validez de lo antes expresado sobre la Prisión Preventiva, vemos que está colocada en el último lugar del orden. Un aspecto jurídico muy importante a destacar es que a la luz del artículo 228 del Código Procesal penal, la Prisión Preventiva o el Arresto Domiciliario, no pueden ser combinadas con ninguna de las restantes, pero las restantes si pueden ser combinadas entre si.

Según la actual Normativa Procesal Penal Dominicana, la Libertad es el estatuto o regla, y la Prisión es la excepción a este estatuto, de donde se desprende que las Medidas de Coerción, cualquiera que sean, por su carácter excepcional, solo procuran asegurar la asistencia o comparecimiento del imputado, a todos los actos del proceso, entiéndase esto último, a que el imputado no se sustraiga del proceso.


El problema identificado.

Es de conocimiento extenso, que en la República Dominicana a partir del 27 de
Septiembre del año 2004, entro en vigencia en el Sistema Penal dominicano, la ley 76-02, mejor conocido como el Código Procesal Penal Dominicano, que vino a abolir el antiguo Código de Procedimiento Criminal, considerado como un sistema mixto y netamente inquisitorio, se le dio un giro transversal a la Normativa Penal Dominicana y por consiguiente al modus operandi de la misma.

La aprobación en julio del año 2002 del Código Procesal Penal y su posterior puesta en vigor dos años mas tarde, trajo consigo como innovaciones, varias figuras Jurídicas y a la vez la abolición de otras pre-existentes. Dentro de estas innovaciones, hace acto de presencia la figura jurídica de las medidas de coerción como salvoconducto pleno de los derechos y de las garantías consagradas en nuestra Constitución, dejando atrás el sistema inquisitorio, violador flagrante de las disposiciones y principios constitucionales, y dándole la bienvenida al advenimiento del Sistema acusatorio, haciendo sumo énfasis en la separación de funciones o de los roles procesales, tanto del Ministerio Publico como del Juez de la Instrucción en las diferentes etapas desarrolladas en el proceso preparatorio a los fines de proteger el mas mínimo derecho de cualquier ciudadano vinculado al proceso penal.

Al introducirse la institución  de las Medidas de Cautelares, mejor conocidas como Medidas de Coerción, íntimamente apegadas a la protección de las garantías procesales y a la constitucionalidad del proceso, como ya hemos dicho, vinculado a la victima y al imputado, se divide el proceso penal en tres fases: la fase de la investigación; la fase intermedia y la fase del
Juicio.
El ministerio público es el protagonista encargado de llevar a cabo la investigación y el Juez de la Instrucción el encargado de dictar las medidas de coerción en base a lo entregado por el representante del Ministerio Publico, vigilando los derechos para garantizar el ejercicio diáfano del debido proceso.

Es cierto que las Medidas de Coerción tienen como principal finalidad evitar que el imputado se sustraiga del proceso, con la implementación de las siete (07) medidas contempladas en el Código Procesal Penal, con lo cual se ha dado un paso gigantesco en lo referente a la protección de los derechos de los ciudadanos, y el correcto desarrollo del proceso, pero no es menos cierto que con la aplicación de Medidas de Coerción como la garantía económica Suficiente, se incentiva la flexibilización del Sistema Penal Dominicano, con el camuflaje o la excusa de evitar el atropello jurídico de la pena anticipada, favoreciendo a las clases mas pudientes de la sociedad dominicana.

Es de conocimiento amplio, que la Medidas de Coerción de carácter excepcional, también es de conocimiento general, que han emanado decisiones Judiciales imponiendo la medida de coerción de la Garantía Económica Suficiente, cuando todos sabemos que en el particular, por la gravedad del caso, la medida cautelar que procede es la medida de la Prisión
Preventiva, que dentro del carácter excepcional de las Medidas, ésta es la más extrema, convirtiéndose esto en el inicio de una especie de impunidad disfrazada, además que debilita la institucionalidad jurídica de nuestro país.

Es de vital importancia destacar, que de modo alguno con lo antes señalado, no se pretende ignorar el principio que establece que la prisión debe ser la excepción y la libertad la regla.

Es importante destacar que este articulo, encuentra su sustentación en la escasez de conocimiento acerca de las medidas de coerción consistente en la presentación de una Garantía económica, en puesto que de la misma es poco lo que se ha hablado. Desde la puesta en vigencia del Código Procesal Penal Dominicano, los jueces de Instrucción han estado aplicando la referida medida si se quiere guiados por una reglamentación un tanto particular puesto que al momento de aplicarla no basta con que la persona demuestre disponer de los recursos económicos sino que como coincidencia de la vida también deberá contar con un sello de clase que complemente la garantía exigida.

En tal sentido consideramos que dicha aplicación no solo es discriminatoria, sino que contradice varios de los principios establecidos en el Código Procesal Penal Dominicano, de ahí que se haga más que necesario un análisis profundo de los alcances que la aplicación de dicha medida pueda tener en el proceso.
Uno de los principios referidos lo constituye la igualdad ante la ley consagrado en el artículo once (11) del código de referencia, el cual refiere textualmente lo siguiente:

“Todas las personas son iguales ante la ley y deben ser tratados conforme a la misma regla. Los jueces y el ministerio publico deben tomar en cuenta las condiciones particulares de las personas y del caso, pero no pueden fundar sus decisiones en base a nacionalidad, genero, razón, credo o religión, ideas políticas, orientación sexual, posición económica o social u otra condición con implicaciones discriminatorias”.

Como se observa en el contenido de este articulo, se hace impostergable y necesario elaborar un trabajo de investigación minucioso a los fines de ofrecer los elementos que permitan que personas interesadas puedan contar con las informaciones pertinentes en este sentido.

También hemos de tener en cuenta que la prudencia y cautela son elementos a considerar en ciertas situaciones jurídicas a la hora de imponer como es el caso de la especie a determinados imputados una garantía económica a fin de garantizar no solo el debido proceso de ley, sino también de evitar el posible debilitamiento o deterioro del sistema de justicia penal dominicano.


Surgen las siguientes interrogantes:

- ¿Actúa con cautela y prudencia el Ministerio Publico a la Hora de Solicitar una Medida de Coerción?
- ¿Valora el juez los elementos probatorios fácticos a la hora de decidir sobre la aplicación de la garantía económica suficiente?
- ¿En qué medida el estatus social del imputado le hace merecedor de la garantía económica?

- ¿Hasta que punto  los terceros civilmente responsables (aseguradoras) garantizan la presencia del imputado en las etapas del proceso?



Geovanny Vicente Romero.
Abogado criminologo.
@geovannyvicentr

jueves, 19 de septiembre de 2013

El infierno que se vive en las cárceles dominicanas (videos)

La segunda entrega de una serie de reportajes bajo el título común de “Encarcelados”, producido por la cadena de televisión española La Sexta con el objetivo de entrevistar a los españoles que guardan prisión en el extranjero, termina convirtiéndose en una radiografía de la cárcel de La Victoria.
Conducida por la periodista Alejandra Andrade, la entrega pone frente a los ojos del televidente las infrahumanas condiciones en que sobreviven cerca de ocho mil presos en un espacio inicialmente construido para albergar a ochocientos. Su título es elocuente: “Encarcelados en la República Dominicana, el infierno tercermundista de las cárceles dominicanas”.
Junto al hacinamiento, la faltas de higiene, de comida y de ocupaciones que hagan cumplir a la cárcel con su teórica función de redimir al delincuente, florece como la verdolaga el tráfico de influencia, la inseguridad y la corrupción mayor de presos y “autoridades”.
Todo se compra y se vende en este “infierno” al que los propios encarcelados advirtieron a la periodista Andrade que acababa de entrar.
Jóvenes en su inmensa mayoría, los presos de La Victoria confiesan frente a las cámaras, con pasmosa impavidez, los delitos por los cuales están encarcelados. Robo, drogas y homicidio se repiten como una cantinela que va tejiendo el tapiz de sus historias en el telar de las profundas diferencias sociales que, sin decirlo expresamente, el reportaje resalta con las vistas iniciales de una playa paradisíaca y de una ciudad vertical, moderna, de amplias avenidas y tráfico trepidante.
Quizá porque posee el dato que permita la comparación o porque lo visto en La Victoria chocó su sensibilidad, Andrade describe al penal como uno de los “más peligrosos de Centroamérica”.

Todo se compra y se vende en este “infierno” al que los propios encarcelados advirtieron a la periodista Andrade que acababa de entrar.
Franqueada por un exconvicto convertido a la fe evangélica, la periodista comenta en el audio la dificultad de grabar porque, puesta frente a sus ojos, la cámara atrae a los reclusos como la abeja al moscardón cazador.
“La primera impresión resulta demoledora. El estado de abandono, la insalubridad, aquí los reclusos mueren de cólera”, afirma la periodista, y no le falta razón, las imágenes son de una impactante crudeza: esa parte amputada de la sociedad es, sin embargo, una acusación que debería resonar en la conciencia del país.
Quienes escoltan a la periodista durante las ocho horas que pasa en la cárcel no son las autoridades. Las redes de poder que regulan la vida carcelaria han escrito sus códigos y elegido a los “jefes” del infierno. De la boca de los mismos presos sale la información que permite ir construyendo el orden de las jerarquías, la venta de privilegios, el hambre de la mayoría, la indefensión indescriptible de quien no tiene para pagar un hueco donde lo que menos alcanza es el espacio, la soledad social y humana de todos.
Las historias de los seis españoles recluidos en el penal, todos por tráfico de drogas y en edad madura, son apenas un dato que la realidad de la cárcel fagocita.
En la cárcel de La Vega, donde la periodista visitó al único español, y el más joven de los siete entrevistados por la periodista, las condiciones son distintas. Muchísimo menos poblada, en ella rige sin embargo, no la autoridad de la Dirección de Prisiones, sino la que Andrade llama “ley Padillla”, apellido de un locuaz preso de larga data, verdadero jefe de la prisión.

Video: Conozca la realidad de la cárcel La Victoria


SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Conozca la realidad de las cárceles de República Dominicana presentada por televisión española.
“Es un infierno” dice uno de los reclusos del penal de La Victoria, advirtiéndole a  la periodista: ¡tu no sabes dónde te metiste!
A continuación los reportajes.

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Piden al procurador que renuncie por desorden en cárceles


SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La publicación de un reportaje realizado por una cadena de televisión española donde se evidencia la inhumanidad con que viven los reclusos en las cárceles dominicanas  ha provocado revuelo en el país. Ante la situación la Comisión Nacional de los Derechos Humanos pide la renuncia del Procurador General de la república.
El hacinamiento, la inseguridad, la falta de higiene y de alimentos  quedaron expuestos en el reportaje de la periodista española Alejandra Andrade.
Durante el recorrido por tres cárceles dominicanas que incluyó las más grande del país, la Victoria,  se evidencia como los presos sobreviven entre la corrupción y el tráfico de influencia.
Y es que según los propios internos, las cárceles se convierten en barrios, donde imponen sus reglas, y así quedó demostrado en la cárcel de la Vega, donde el control del recinto está en manos de uno de los internos.
Tras esta publicación la Comisión Nacional de los Derechos Humanos puso sobre la mesa una propuesta al procurador de la república.
Mientras  unos piden la renuncia del procurador, otros califican como normal la condición en las cárceles dominicanas.
El reportaje fue colgado en el portal de la Sexta, pero el canal español bloqueo este video y ahora no puede ser visto en este enlace fuera de España.
Noticias SIN intento contactar vía telefónica al director de prisiones el señor Tomas Holguín La Paz, pero los números que nos suministraron en la procuraduría salen apagados.

Encarcelados' abre un debate en la política penitenciaria de la República Dominicana


El programa ha causado indignación en el país al ver cómo se vive en sus cárceles. 19 Septiembre 2013 (hace 4 horas).
La periodista Alejandra Andrade mostró el jueves pasado en 'Encarcelados' (laSexta) cómo son tres prisiones de la República Dominicana. La Victoria, por ejemplo, es una de las cárceles de hombres más duras y con mayor hacinamiento de Centroamérica, como pudo verse en la segunda entrega del programa. Construida para 800 presos, malviven en ella 8.000, siete de ellos españoles.

Pero Andrade descubrió en La Vega que un preso, Padilla, se ha hecho el "dueño" de una parte de esta prisión. Todo esto ha causado verdadera indignación en el país y 'Encarcelados' ha saltado a los informativos del país. En 'Noticias SIN' (Antena Latina), la presentadora se ha mostrado sorprendida de que esta situación se esté viviendo en la República Dominicana: "Este reportaje de una televisión española evidencia la inhumanidad con la que viven los reclusos en las cárceles dominicanas".

El informativo 'Noticias SIN' comenta la noticia
El informativo 'Noticias SIN' comenta la noticia

"¡Qué vergüenza ante los ojos del mundo!"


"¿Quién tiene el control en estos lugares? ¿Quién le ha entregado a un recluso la responsabilidad que le compete a las autoridades penitenciarias mientras muchos internos están malnutridos y sufren toda suerte de calamidades, pudiendo ser maltratados o asesinados?", se pregunta. "Un reo es un reo, está privado de libertad, está cumpliendo una sentencia por haber violado las leyes de nuestro país. ¡No puede tener control alguno en una prisión!", exclama. "¡Qué vergüenza ante los ojos del mundo!", lamenta.

Padilla es considerado en esa cárcel un "verdadero jefe", con más poder que el Ministerio Público y que los militares que supuestamente tienen a su cargo la prisión. Preso por dos asesinatos, es él quien decide a qué hora se brinda el servicio de agua a los presos y hasta cuándo salen en libertad los reos que han cumplido sus condenas.

"Los presos confiesan sus delitos con pasmosa impavidez"


Los medios de comunicación del país americano, como Acento, se están haciendo eco del programa de laSexta y reproduciendo las escenas en las que aparece Padilla. Consideran, asimismo, que este programa, cuyo objetivo es "entrevistar a los españoles que cumplen penas de cárcel en el extranjero", ha realizado en su segunda entrega "una radiografía de la cárcel de La Victoria".

La sopresa en la República Dominicana está siendo máxima, sobre todo, porque presos, en su mayoría jóvenes, confiesan ante las cámaras "con pasmosa impavidez" los delitos por los cuales están encarcelados: robo, drogas, homicidio...

Alejandra Andrade habla con Padilla
Alejandra Andrade habla con Padilla

"Las imágenes son de una impactante crudeza"


Las imágenes son "de una impactante crudeza" y los medios de comunicación dominicanos consideran que "esa parte amputada de la sociedad es, sin embargo, una acusación que debería resonar en la conciencia del país".

"Las historias de los seis españoles recluidos en el penal, todos por tráfico de drogas y en edad madura, son apenas un dato que la realidad de la cárcel fagocita", lamenta, por ejemplo, el diario 7 Días.

'Encarcelados' cuenta, a lo largo de 10 entregas, los testimonios de 120 españoles encarcelados. Producido por Ver-T para la cadena de Atresmedia TV, en este programa se retrata la crueldad de los más duros e inhumanos centros carcelarios. laSexta ha conseguido entrar en cárceles de siete países de América Latina, lugar donde cumplen condena la mayor parte de los 2.500 españoles presos en el extranjero.

Reportaje de televisora española desnuda la inhumana realidad de cárcel de La Victoria


cárcel de La Victoria



Reportaje de televisora española desnuda la inhumana realidad de cárcel de La Victoria

La segunda entrega de una serie de reportajes bajo el título común de “Encarcelados”, producido por la cadena de televisión española La Sexta con el objetivo de entrevistar a los españoles  que guardan prisión en el extranjero, termina convirtiéndose en una radiografía de la cárcel de La Victoria. (Nota: el canal bloqueo este video y ahora no puede ser visto en este enlace fuera de España)
Conducida por la periodista Alejandra Andrade, la entrega pone frente a los ojos del televidente las infrahumanas condiciones en que sobreviven cerca de ocho mil presos en un espacio inicialmente construido para albergar a ochocientos. Su título es elocuente: "Encarcelados en la República Dominicana, el infierno tercermundista de las cárceles dominicanas".
Junto al hacinamiento, la faltas de higiene, de comida y de ocupaciones que hagan cumplir a la cárcel con su teórica función de redimir al delincuente, florece como la verdolaga el tráfico de influencia, la inseguridad y la corrupción mayor de presos y “autoridades”.
Todo se compra y se vende en este “infierno” al que los propios encarcelados advirtieron a la periodista Andrade que acababa de entrar.
Jóvenes en su inmensa mayoría, los presos de La Victoria confiesan frente a las cámaras, con pasmosa impavidez, los delitos por los cuales están encarcelados. Robo, drogas y homicidio se repiten como una cantinela que va tejiendo el tapiz de sus historias en el telar de las profundas diferencias sociales que, sin decirlo expresamente, el reportaje resalta con las vistas iniciales de una playa paradisíaca y de una ciudad vertical, moderna, de amplias avenidas y tráfico trepidante.
Quizá porque posee el dato que permita la comparación o porque lo visto en La Victoria chocó su sensibilidad, Andrade describe al penal como uno de los “más peligrosos de Centroamérica”.
Todo se compra y se vende en este “infierno” al que los propios encarcelados advirtieron a la periodista Andrade que acababa de entrar.
Franqueada por un exconvicto convertido a la fe evangélica, la periodista comenta en el audio la dificultad de grabar porque, puesta frente a sus  ojos, la cámara atrae a los reclusos como la abeja al moscardón cazador.
“La primera impresión resulta demoledora. El estado de abandono, la insalubridad, aquí los reclusos mueren de cólera”, afirma la periodista, y no le falta razón, las imágenes son de una impactante crudeza: esa parte amputada de la sociedad es, sin embargo, una acusación que debería resonar en la conciencia del país.
Quienes escoltan a la periodista durante las ocho horas que pasa en la cárcel no son las autoridades. Las redes de poder que regulan la vida carcelaria han escrito sus códigos y elegido a los “jefes” del infierno. De la boca de los mismos presos sale la información que permite ir construyendo el orden de las jerarquías, la venta de privilegios, el hambre de la mayoría, la indefensión indescriptible de quien no tiene para pagar un hueco donde lo que menos alcanza es el espacio, la soledad social y humana de todos.
Las historias de los seis españoles recluidos en el penal, todos por tráfico de drogas y en edad madura, son apenas un dato que la realidad de la cárcel fagocita.
En la cárcel de La Vega, donde la periodista visitó al único español, y el más joven de los siete entrevistados por la periodista, las condiciones son distintas. Muchísimo menos poblada, en ella rige sin embargo, no la autoridad de la Dirección de Prisiones, sino la que Andrade llama “ley Padillla”, apellido de un locuaz preso de larga data, verdadero jefe de la prisión.
Duro, acusador, el reportaje de Andrade fue transmitido el pasado jueves.  El video que acompaña esta nota es solo una parte del reportaje.


ARTÍCULO ETIQUETADO EN: CÁRCEL DOMINICANA PRESOS