A continuación procederé a explicar las
diferencias fundamentales que existen entre dos figuras económicas y políticas
que se relacionan tanto, como lo es el fenómeno de la privatización frente a la
nacionalización, dos términos que muchas veces los usamos indistintamente, a
groso modo, para referirnos a algunas cuestiones, ignorando a veces que las
diferencias son abismales.
Antes que nada, es menester empezar
destacando que la privatización es un proceso jurídico-económico mediante el
cual las actividades empresariales son transferidas del sector público al
sector privado, es decir, traspasadas o tomadas ya sea desde el Estado o la
comunidad hacia agentes económicos
privados. Es uno de los pilares de la libre empresa, existiendo empresas que
libremente otorguen a clientes cualquier servicio que haya dado anteriormente
el Estado, ahora bajo la libre empresa y competencia para evitar monopolios e
intervención estatal a favor de sectores económicos. Sin restricción comercial
del Estado ni servicios estatales obligatorios los ingresos privados deben ser
resultado de la inversión privada, es decir son los ciudadanos y no el Estado
quienes contratan servicios privados en un sistema privatizado.
Mientras que en la nacionalización,
estamos hablando del proceso mediante el cual el Estado logra la recuperación
de una empresa de dominio privado, específicamente de dominio extranjero, y es
por esto que de propiedad extranjera la lleva a propiedad nacional.
En otro orden de ideas, es importante
señalar que se utiliza el término nacionalización como sinónimo de estatización
o estatalización, de manera incorrecta, ya que la estatización es el conjunto
de disposiciones y operaciones mediante las cuales el Estado asume, en forma
variada, la administración de empresas privadas, de grupos de empresas o de la
totalidad de ciertos sectores económicos manejados con anterioridad por
particulares. La estatización es lo opuesto a la privatización. También se le
denomina nacionalización de los medios de producción, aunque una empresa
estatizada puede ser previamente tanto de propiedad nacional como extranjera.
La estatización o nacionalización es una acción muy característica de ideologías
como el socialismo y nacionalismo, pero con distintos objetivos.
En ese mismo sentido, en
contraposición de la estatización, hay toda una corriente que se opone a ella,
conocida como el Antiestatismo que consiste en oponerse a la intervención estatal
en asuntos personales, sociales o económicos. Por antiestatismo se entienden
sobre todo las ideologías que rechazan de plano al Estado, principalmente el
anarquismo[1]; y en
parte a aquellas que desean reducir y limitar el Estado hasta un mínimo como el
liberalismo, o a aquéllas que quieren una sociedad sin Estado como grado máximo
de una evolución paso por paso, como el marxismo.
Nacionalizar significa que el Estado
asume la propiedad de una empresa privada, de grado o por fuerza. Las ventajas
son evidentes, el gobierno dispone del control total y absoluto de la empresa
en cuestión, empezando por los beneficios que genera y siguiendo con la
política de gestión, de control ambiental y de inversiones. Los inconvenientes
se presentan enseguida. El principal es que si la empresa ha sido expropiada,
es de esperar que a muy corto plazo se desplomen las inversiones en el país,
sobre todo las extranjeras. También disminuirán los acuerdos de todo tipo con
el país ya que ha dado muestras de ser un socio poco fiable, con lo que su peso
en el escenario internacional disminuirá de manera drástica en todos los
frentes.
Privatizar es el proceso contrario, el
Estado vende una empresa estatal al sector privado. La ventaja inmediata
también es evidente, el gobierno consigue un fuerte aumento en su
disponibilidad de recursos. También se espera, por alguna razón que nunca se
menciona, que el sector privado mejore la gestión de la empresa, aunque hay
evidencia de uno y otro signo. Los inconvenientes son claros, el aumento de
recursos por la venta de estos activos se agota enseguida y pronto se echará en
falta el flujo de beneficios que proporcionaba la empresa, si era el caso. Por
otra parte, el gobierno deja de tener el control de empresa que antaño se
consideraba que debían ser estatales debido a su carácter estratégico, como la
banca, la producción y distribución de energía, etc.
El proceso pendular
privatización-nacionalización es una fuente clásica de enormes rentas para
personas bien relacionadas. Se privatizan las empresas que son rentables, los
gestores saquean la empresa y entran en pérdidas, el Estado rescata la empresa,
la reflota y la vuelve a privatizar, etc.
El problema es que vivimos en un
modelo económico, que se ha adueñado también de la semántica. Según sus reglas
privatizar es algo positivo pues mejora la gestión, mientras que nacionalizar
es un proceso negativo que afecta a la competencia y al libre mercado. Digo yo
que dependerá del caso: Tan mala es una privatización que deje en cuatro manos
resultados millonarios que antes eran de todos, como una Nacionalización que
expropie a bajo precio y atrofie la gestión de los activos. En definitiva
¿debemos dejar que se adueñen del lenguaje?.
Geovanny Vicente Romero
Politologo.
@geovannyvicentr
BIBLIOGRAFIA
-
Becerra
Jurado, Ana: Nacionalización frente Privatización. Documento Electrónico.
[1] .- Filosofía política y social que
llama a la oposición y abolición del Estado entendido como gobierno y, por
extensión, de toda autoridad, jerarquía o control social que se imponga al
individuo, por considerarlas indeseables, innecesarias y nocivas. Sébastien
Faure, filósofo anarquista francés, dijo: «Cualquiera que niegue la autoridad y
luche contra ella es un anarquista».
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarOpinión Personal.
ResponderEliminarMi opinión es un poco mixta: pues con la PRIVATIZACIÓN, las ganancias de todos pasan a manos privadas, así como muchas veces los empleos más limitados.
Cada vez que el Estado acepta privatizar una empresa estatal, el país va disminuyendo su patrimonio nacional, perdiendo su cultura e identidad.
Mucho se está debatiendo si se debe privatizar o no el agua potable, yo considero que no, el agua es una recurso natural indispensable para el sustento de la vida humana, si se privatiza el agua, las altas tarifas que esto conllevaría para su acceso impediría que una gran parte de la población pueda obtenerla.
Pero tristemente a veces la privatización es la única salida posible cuando el Estado no puede obtener suficientes rentabilidad para el sustento de determinada empresa pública.
En cuanto a la NACIONALIZACIÓN, recientemente nuestro país renegoció el contrato minero con la Barrick Gold; muchos están en desacuerdo., pues se considera que lo correcto era nacionalizar nuestras minas.
Mediante la nacionalización lo que se busca es que los Estados reciban ingresos justos, que la inversión extranjera no se apropie de la mayor parte de ellos. Lamentablemente nuestro oro se encuentra en manos extranjera, manejando estas prácticamente todas las ganancias.
Estoy a favor de la nacionalización cuando la empresa privada presente una mala gestión; debemos proteger la industria nacional de la competencia extranjera y de los monopolios privados.
Pamela Rondón Díaz, MATRICULA 85806.