Los internos en varias cárceles de la República Dominicana han reducido la percepción del VIH como una sentencia de muerte a corto plazo.
Así lo indican los resultados del documento "Análisis de las Intervenciones: Proyecto para la Prevención del VIH en Personas Privadas de Libertad, República Dominicana", realizado con el apoyo de ONUSIDA.
De acuerdo con los datos ofrecidos, el 72% de los reclusos tienen una vida sexual activa dentro de las cárceles, mientras que de las 759 personas entrevistadas, el 44.7% señaló que ha recibido orientación en temas de salud sexual.
Así mismo, el 82% afirmó que usa el condón en sus relaciones sexuales y un 70% afirma que no ha tenido ninguna infección de transmisión sexual -ITS- mientras ha estado en la cárcel.
Este documento recoge los principales resultados del proyecto que desde el 2006 pusieron en marcha el Consejo Presidencial del SIDA -COPRESIDA- y la Dirección General de Prisiones -DGP-, con el interés de prevenir la transmisión del VIH entre las personas privadas de libertad.
Aquí se pone de manifiesto la receptividad de las personas en condición de privación de libertad ante las informaciones relativas a la prevención del VIH, así como para multiplicar la información entre los demás internos.
El estudio se realizó en cinco centros penitenciarios, tres con el antiguo modelo y dos con el nuevo modelo penitenciario iniciado en el país en el año 2005 por la Procuraduría General de la República y la Dirección General de Prisiones.
Las particularidades del antiguo y el nuevo modelo han incidido en la ejecución del proyecto, destacando el informe que en el nuevo modelo el tiempo de los reclusos está organizado, existen instalaciones para la capacitación y los espacios están más limpios, además de que se percibe mayor respeto a los derechos humanos de las personas privadas de libertad.
En los centros del antiguo modelo penitenciario no existen espacios para las relaciones sexuales de los internos con sus parejas ni existe el control de las relaciones sexuales con las visitas que reciben dos días a la semana.
Antecedentes
En la Primera Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA, realizada en el 2001, los 189 Jefes de Estado y representantes gubernamentales reconocen que la epidemia del VIH es "una emergencia mundial y uno de los retos más grandes para la vida y la dignidad humana".
En esta Asamblea se adoptaron diez prioridades en una declaración de compromiso, donde se incluye la prevención, el tratamiento y el financiamiento del VIH y se diseñó un proyecto para alcanzar las Metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que contempla detener y revertir la diseminación del VIH/SIDA para el año 2015.
Durante un diagnóstico rápido realizado en el 2008, se identificó que en los países de América Latina existen diversos problemas que provocan una inadecuada condición de vida para las personas privadas de libertad, así como para la prevención, atención y tratamiento del VIH, además de vulnerar sus derechos humanos.
Así mismo, el citado diagnóstico rápido sugiere unas acciones, entre las que figuran la ejecución de políticas públicas penitenciarias y de salud para la prevención, tratamiento y atención del VIH en los centros penitenciarios.
Como parte de los esfuerzos que se hacen en República Dominicana para ejecutar acciones de prevención del VIH en las cárceles del país, es que COPRESIDA y la Dirección General de Prisiones, con el apoyo de ONUSIDA, ejecutan el proyecto "Prevención del VIH en Personas Privadas de Libertad", se publican los principales resultados obtenidos y se realiza una "Consulta Nacional sobre VIH y SIDA en el Sistema Penitenciario de la República Dominicana".
El objetivo de esta consulta, realizada en el mes de diciembre de 2009, es de establecer las bases políticas y teóricas para la definición de una política de salud penitenciaria para las personas viviendo con VIH en las cárceles dominicanas.
Prevención del VIH en Personas Privadas de Libertad
La disminución de conflictos dentro de las prisiones, modificación de actuación o cambio de conducta de los agentes de custodia, la reinterpretación de estigmas y miedos relacionados con el VIH y el aumento del uso del condón, son de los resultados alcanzados por el proyecto.
Así mismo, la activa participación de las personas privadas de libertad en las jornadas de capacitación como participantes y posteriormente como multiplicadores entre los demás reclusos, indica que es posible realizar un trabajo de prevención del VIH y de otras infecciones de transmisión sexual, donde los beneficiarios asuman la responsabilidad y el protagonismo de su propio proceso educativo.
Con la implementación de este proyecto se ha llevado capacitación e información sobre prevención del VIH a los internos, así como a los agentes de custodia y a las parejas de los reclusos. El informe destaca la importancia del apoyo de la Dirección General de Prisiones para lograr un mayor compromiso por parte de los agentes, ya que muchos entienden que las capacitaciones están destinadas a los internos.
Indica el documento que esta idea ha sido modificada en alguna medida, considerando que para los profesionales de vigilancia estas capacitaciones deberían ser parte de su proceso de formación.
La Victoria; la Fortaleza Santa Bárbara y la Fortaleza de Olegario Tenario, del antiguo modelo, así como Puerto Plata y Salcedo, del nuevo modelo penitenciario, fueron los centros escogidos para el estudio, consultando un total de 759 reclusos.
Este estudio fue realizado por la educadora penitenciaria Rosa Delgado como investigadora principal, con el apoyo económico y el cuidado editorial del programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA -ONUSIDA-
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