El
nuevo modelo de gestión penitenciaria que encamina la Procuraduría General de
la República, es uno de los más relevantes esfuerzos gubernamentales.
No
se trata tan sólo de humanizar el sistema penitenciario, sino que es también
una inversión a la seguridad general, para lograr la regeneración,
rehabilitación y reinserción de los internos a la sociedad.
A
propósito de esto, hicimos una visita a los Centros Penitenciarios Najayo
Hombres – Mujeres, con la finalidad de evaluar los avances con los que cuentan
estos centros.
“Visto
en Blanco y Negro” es una expresión utilizada comúnmente para referirse a las
cosas tal cual son, en su forma más real; busca dar al lector un relato de lo
que sería un día ordinario en nuestras cárceles, pues mis ojos han sido
testigos de cómo se vive en su estado normal dentro de un centro penitenciario
regido por el nuevo y antiguo sistema.
Iniciaremos con el Centro Penitenciario de Najayo Mujeres.
Como
bien es sabido, este Centro está adaptado al Nuevo Modelo Penitenciario el cual
se ha venido desarrollando por medio de la Dirección General
de Prisiones gracias a la Procuraduría General de La
República.
Todo esto a través de
la implementación del Sistema Penitenciario
Nacional, el cual está regido por la ley 224 de 1984, la Constitución de la
República y las Reglas mínimas aprobadas en la Convención sobre tratamiento del
Delincuente celebrada en Ginebra en 1955.
Se
podría decir que el sistema cambió la vida de las internas desde su
implementación, ya que en este Centro Penitenciario se encuentran plasmados la Misión,
la Visión y los Valores indispensables para que al momento de las internas
obtener su libertad (al cumplir su condena), hayan podido obtener un mejoramiento
del desarrollo personal, para readaptarse a la sociedad en general.
En
nuestro recorrido pudimos observar el visible avance con el que cuenta dicho
Centro.
Las internas de este
Centro cuentan con grandes oportunidades para cambiar su comportamiento y así
poder ser reinsertadas en la sociedad, con menor temor de que estas reincidan.
En la investigación efectuada
al visitar este Centro, pudimos observar que desde la aplicación de este modelo
en nuestro país, el índice de reincidencia se encuentra situado entre los más
bajos del mundo, lo que ha sido de gran alegría y entusiasmo, tanto para el
personal de este centro como para nosotros (la sociedad), al saber del gran
avance segun las estadísticas proporcionadas
de la no reincidencia. Así como también de las actividades y/o
manifestaciones culturales, la higiene, las buenas condiciones en las que se
encuentran los pabellones, las áreas comunes y el Centro de manera general.
Algo que nos llamo
mucho la atención, y a la vez, fue de gran motivación, es el hecho de que cada
interna debe estudiar para poder permanecer en el centro. Terminar sus estudios
primarios y secundarios (de no haberlo hecho), estudiar tanto los cursos
técnicos que allí se imparten (los cuales van desde Clases de belleza, costura,
plomería, entre otros), así como también cursar estudios superiores, de entre
los cuales pueden estudiar Derecho o Psicología.
Marta
Arias (Encargada del Departamento Jurídico del Centro), expuso que desde la
instauración del Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Mujeres, la vida
de las internas ha cambiado de forma sostenida y considerable, quien también nos explico el funcionamiento de cada
departamento, entre los cuales cabe resaltar, por su gran importancia: Área de
recreación, Área de Educación, Área Administrativa, Área Jurídica, Consultorios
médicos en sus distintas especialidades, farmacia, Área de comedor, y
especialmente el área de recibir a los
familiares, a los niños y/o hijos de las Internas.
Pudimos
observar una bonita área recreativa en la que a las internas se les brinda la
oportunidad de compartir con sus niños de una forma saludable tanto física como
psicológicamente por tratarse de un lugar apto, lo cual es importante y
necesario para un mejor desarrollo de dichos niños al momento de visitar a sus
madres, estando así fuera el temor de que estos estén susceptibles a algún tipo
de frustración al encontrarse en un posible lugar no adecuado para ellos, los
cuales son tan frágiles.
Por las anteriormente
razones mencionadas, entre otras, es que consideramos “Najayo mujeres” como uno
de los Centros Penitenciarios más completos y con mejores resultados de nuestro
país.-
Ahora
bien, por otra parte, se encuentra Najayo Hombres.
Sabemos
que el hecho de encontrarse privados de libertad, es una carga difícil de
llevar, y más aún, si en el lugar donde se esté privado, cuenta con condiciones
infrahumanas e inhabitables, tal y como se encuentra aún “Najayo Hombres”. Es
por esto que se busca la completa y formal implementación del nuevo Modelo de
Gestión Penitenciaria.
Desde
que la cárcel de Najayo-Hombres fue transferida por la Procuraduría General de
la República al nuevo modelo penitenciario, se busca que los reclusos reciban
comidas, vestimentas, garantizar sus derechos ciudadanos. Así como también,
brindarles la oportunidad de una regeneración para su posterior inserción en la
vida social y laboral.
Al
referirnos al Centro Penitenciario Najayo Hombres, lo primero que nos viene a
la mente, es posiblemente el mayor problema con el que este cuenta: El
Hacinamiento.
En
este Centro hay 1,812 internos (Esta estadística
tiene pequeñas variaciones constantemente por la salida y/o entrada de los
mismos), y solo tiene capacidad para 894.
Cabe
resaltar que los internos no solamente se encuentran en un estado de
hacinamiento fatal, sino también que ni siquiera éstos se encuentran divididos
de acuerdo al perfil con el que cuente cada uno, tal y como designa la Ley debe
ser.
Es
por esto que la idea que tiene el personal
Administrativo de Najayo, es readecuar sus instalaciones, con la remodelación
de áreas, con la finalidad de que sea un espacio sin sobrepoblación entre los
internos.
Otra
problemática que pudimos presenciar es la poca salubridad; la falta de higiene
de este Centro es lamentablemente notoria, sobre todo que al entrar a este
Recinto, el mal olor, las colillas de cigarro, las paredes y pisos sucios son
quienes dan el “recibimiento”.
Al
continuar con nuestro paso por dicho centro, también se hace notoria la falta
de actividades productivas de los internos (tales como podrían ser trabajos de
agricultura, terminar sus estudios primarios y secundarios, cursos técnicos,
estudio superior, lectura, entre otras), los mismos se encuentran por todos
lados y a todas horas sin control alguno.
Al
dirigirnos hacia los pabellones, observamos de una manera exorbitante la
situación caótica en que los internos se encuentran: en condiciones
infrahumanas, las insuficiencias de camas
(en terribles estados, desarregladas y sucias).
Notamos
el deseo que tienen los internos de mantenerse separados, aunque sea mínimamente,
ya que pudimos ver pequeñas divisiones hechas por los mismos internos; observamos
un pequeño baño común para todos los de ese pabellón, todo esto sumado a la
poca ventilación y suciedad en la que se encuentra cada pabellón. En las áreas
comunes, nos encontramos sorprendidos al ver ciertas actividades realizadas por
los internos. Nos referimos a que los mismos contaban con celulares, dinero,
entre otras prohibiciones o más bien, privilegios.
Ya
para finalizar, nos queda decir que a pesar de todas
las adversidades con la que cuenta este Recinto, también pudimos observar que
se está trabajando en la transformación del mismo para
adecuarlo al Nuevo Modelo penitenciario.
Hay
internos que ya están siendo regidos por el Nuevo Modelo Penitenciario,
aplicándoseles así el tratamiento que establece la ley 224-84 Sobre Régimen
Penitenciario.
En
conclusión, nos sentimos satisfechos con el arduo trabajo realizado en el
Centro Penitenciario Najayo Mujeres y esperamos con ferviente esperanza que
prontamente Najayo Hombres pueda encontrarse
completamente gestionado bajo el nuevo Modelo Penitenciario.
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