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viernes, 4 de marzo de 2016

Mujeres encarceladas: Es más difícil salir que entrar

Publicado originalmente en el blog del BID  Sin Miedos.


Vista cielo desde cárcel
Por Florencia Serale
El crecimiento de la población penitenciaria femenina en toda América Latina es acelerado. Las aristas de este fenómeno son muchas, una de ellas es el impulso de una política criminal centrada en delitos de comercialización y tráfico de estupefacientes.
Argentina no es un caso aparte; en el año 1990 en la provincia de Buenos Aires, eran 298 las detenidas, al 2015 el número ascendió a 1.372. La mayoría de ellas, como Liliana, tienen mucho más para contar que los motivos que las llevaron hasta la puertas del penal. Son mujeres que asumieron la jefatura de sus hogares, que crecieron en contextos de vulnerabilidad socio-económica, o son madres de niños con los que pierden el contacto y a veces jamás vuelven a ver.
Liliana, al igual que la mayoría de las mujeres que recuperaron la libertad, algunas quizás en más de una oportunidad, insiste en lo mismo: el temor más grande es el abismo con el que se encuentran desde el día de su liberación.
No sólo sufren el estigma social de haber pasado un tiempo tras las rejas, sino también los vínculos fracturados con sus familias, la falta de recursos económicos para garantizar su subsistencia, y la formación que les permita encontrar una salida laboral. Estas faltas no hacen más que aumentar el desafío de evitar la reincidencia de estas mujeres.
Mujer encarcelada con niñoLa Asociación Civil y Cultural YoNoFui, situada en la Ciudad de Buenos Aires, acompaña a estas mujeres desde el año 2002. YoNoFui nació como un taller de poesía dictado en el Penal de Ezeiza, creando espacios de capacitación y contención a través de talleres productivos y artísticos en penales de mujeres.
El grupo de trabajo de la organización advirtió la necesidad de que el trabajo llevado a cabo dentro del penal tuviera su continuidad en el afuera, dando apoyo en el proceso de reinserción social. Fue así que YoNoFui en el 2005 creó los primeros talleres afuera del penal. En la actualidad se dictan ocho talleres de artes y oficios: Dibujo, Serigrafía, Diseño Textil, Arreglo de Maquinaria Textil, Encuadernación Artesanal, Periodismo, Fotografía y Diseño de Calzado. En Argentina es la única organización que desde hace 7 años lleva un Taller de Carpintería para mujeres[1].
Actualmente, se capacita a un 20% del total de las mujeres que se alojan en tres de las cárceles federales que existen en la provincia de Buenos Aires. Trabajo que se completa con las más de 100 alumnas al año que transitan por talleres de las distintas sedes. En YoNoFui se da además apoyo social y jurídico para mujeres que están o estuvieron privadas de la libertad o pasaron por una situación de vulnerabilidad similar.
Arg Carcel mujer con muñecaYoNoFui tiene su revista, YOSOY, título que desafía las vivencias del pasado y afirma la voz de las mujeres que le dan contenido a esta publicación semestral, donde se revelan las producciones del taller de periodismo, el cual se plantea como el órgano de comunicación de la organización.
Varias de las protagonistas, al poco tiempo ya son parte del equipo de formadores, completando un círculo virtuoso, logrando que ellas sean espectadoras de la capacidad que poseen de trasformar su propia realidad y evitar de este modo la reincidencia.
Tal es el caso de Liliana Cabrera, que comenzó participando en los talleres dentro del penal y hoy es formadora del taller de poesía de YoNoFui. “Salir es lo peor”, dice con la autoridad de quien lo ha vivido. “Yo me sentía invisible”, recuerda sobre el taller cuando fue encarcelada en la Unidad Penitenciaria de Ezeiza. “Escribir fue abrir una ventana a mí misma”.
“Hoy, ya en libertad, soy community manager de YoNoFui y puedo decir orgullosa que vuelvo al penal como coordinadora docente del Taller de Poesía del cual participé tantos años”, nos cuenta. “Volver y compartir aquello que a mí me hizo tanto bien, es una satisfacción muy grande”.
Una de las fundadoras de YoNoFui, María Medrano, explica: “Un espacio donde además de recibir formación puedan recibir afecto, una escucha atenta y posibilidad de generar nuevas formas de vinculación es esencial para que las personas no vuelvan a reincidir”.
Todo ha sido crecer para la organización y sus protagonistas, más allá de los talleres en los penales y en las dos sedes con las que cuentan al día de hoy, formaron una cooperativa de trabajo textil donde se elaboran y comercializan los productos realizados.

Actualmente muchos de los trabajos artísticos se exponen en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. YoNoFui ha sido premiada por su documental Lunas Cautivas (2012) en el Festival de Derechos Humanos, y ha recibido el reconocimiento del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, oportunidad en la que se les otorgó el predio para la construcción de la primera escuela de artes y oficios para mujeres liberadas, hoy prioridad de la organización. Además de este desafío, se suma la necesidad de evaluar esta metodología de trabajo para luego replicarla en otros penales de mujeres.
Los resultados se suman, día a día, logrando que la voluntad intervenga no sólo lienzos, papeles y fotografías, sino también la vida de estas mujeres que se empoderaron para transformar su realidad en una mejor.
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¿Conoce algún ejemplo notable de reinserción social de mujeres encarceladas? Compártelas en la sección de comentarios.
Florencia Serale trabaja como consultora en temas de registros civiles y gobierno abierto en la División de Capacidad Institucional del Estado del BID. Es Argentina, egresada de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) donde se graduó de Licenciada en Economía. Actualmente, se encuentra preparando su tesis de Maestría en Administración y Políticas Públicas de la Universidad de San Andrés (UDESA). Florencia se desempeñó como Asistente de Investigación y posteriormente como Analista de Operaciones en la Representación del BID en la Argentina, donde trabajó durante cinco años en el diseño y ejecución de proyectos de gestión pública subnacional, desarrollo urbano y áreas metropolitanas, entre otros. Además, hace dos años se desempeña como voluntaria de la organización YoNoFui en el área de alianzas estratégicas.
[1] Para llevar adelante estas actividades, la organización articula su trabajo  con la Defensoría General, el Ministerio de Trabajo (a través del Programa de Formación Continua, el Programa de Fortalecimiento Institucional y el Programa de Becas de Formación Laboral) y el Ministerio de Desarrollo Social, el Ministerio de Seguridad, el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, la Universidad de Buenos Aires (UBA), la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y el Centro Cultural Ricardo Rojas (UBA).
Fotos: Taller de Fotografía Estenopeica realizado en el penal de Ezeiza



Publicado originalmente en el blog del BID  Sin Miedos.

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