Una
de las cuestiones más ampliamente debatidas y controvertidas a lo
largo de la evolución de la victimológia, reconocemos, ha sido el
papel desempeñado por la victima en la comisión del delito, pero
también, en la tarea de la prevención del delito. Herrera Moreno
(1996) señala que una eficaz política preventiva habrá de tener en
cuenta no sólo los factores criminógenos que puedan ser puestos en
relación con la conducta del victimario, sino con la naturaleza y
sustanciación de la distintas relaciones victima ofensor.
En
la literatura criminológica anterior a los años 70, la noción de
la precipitación de la víctima fue muy común. No podemos olvidar
las ideas de los pioneros de la victimología Wolfgang o Ellemberger,
que trabajaron la precipitación psicológica victimal. Ahora bien,
Ellemberger destaca las predisposiciones y los riesgos personales de
victimización como factores victimo-contribuyente de primer orden en
la victimo-génesis criminal. Sin embargo Wolfgang considerado el
exponente de la operatividad y de la realidad de las ideas formuladas
por Von Henting en relación con la interacción victima-ofensor,
concluye que la precipitación de la víctima era uno de los
elementos que frecuentemente contribuía en los homicidios. Se
trataría de un “homicidio precipitado”, en el que, el papel de
la víctima se caracteriza por haber sido, en el drama criminal,
quien primero acudió al recurso de la fuerza física en contra de su
subsiguiente homicida. Algunos tratadistas, principalmente dentro del
marco de las denominadas explicaciones situacionales del delito, han
continuado trabajando en la línea tradicional de los criminólogos y
han seguido desarrollando ese concepto de víctima como sujeto activo
y participante en el entramado de la acción criminal. Han insistido,
no obstante, en que no se trata de responsabilizar o culpar al
individuo de su propia victimización, pero que no se pueden negar
algunas evidencias como la existencia de unos riesgos de victimación
que hacen más probable que unas personas se conviertan en víctimas
que otras.
Casi
sin darnos cuenta, como país estamos cayento en una situación
delicada, se puede observar que en Republica Dominicana como en otras
partes del mundo existen innumerables casos donde los victimarios
resultan ser las víctimas de un hecho que por naturaleza o por
encontrarse en un lugar determinado en un momento inoportuno se
conviertan en victimarios, pero que realmente son las indiscutibles
victimas.
Hasta
pronto, si Dios quiere, dominicanos.
Dr. Willy Williams Sánchez
Subdirector de prisiones,
Criminólogo.
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